EL CIELO



"Y entramos en el cielo: Morada del Sonido, la Luz y la Conciencia".



Con los movimientos de la Danza ejecutados con nuestro cuerpo traemos al cielo a la tierra y llevamos la tierra al cielo. El cuerpo es el vehículo. Lo que hemos aprendido en nuestro viaje ascendente lo transformamos en conceptos, imagenes, conocimiento. Hacemos una abstracción de la materia, que toma una esencia mas sutil. Abrimos nuestro entendimiento a la sabiduría que viene de todo lo que nos rodea, nos situamos en un punto en nuestro interior donde estar seguras, y allí en ese lugar de paz, entendemos al esencia de nuestro ser y de nuestro destino de vida. Deseamos de corazón traer un pedacito de esta paz a nuestras vidas cotidianas. Pintamos con los colores del arco iris las imagenes y símbolos que representan la vida que deseamos manifestar. Si nuestros ojos están abiertos, nuestra mirada se muestra serena e ilumina el mar en la noche igual que la luna llena.

Nuestro cuerpo parece el pincel de un artista divino moviéndose de un lado a otro de forma ondulante y ágil mientras deja a su paso la creación de esa mente infinita. Cuando concluyes la obra parpadeas suavemente y notas como el batir de tus pestañas levanta una brisa suave que genera la suficiente energía como para atraer hacia a ti lo que en ese momento de entrega y conexion autentica desees. Y habrá quien al verte, desee asomarse a la ventana de tus ojos para ver la luz del nuevo amanecer.

Finalmente todo ese paisaje creado en tu interior, en tu imaginacion ira cobrando vida, se manifestara, percibíras su aroma, oirás su música y lo veras tan hermoso que no querrás que sea solo para ti. Desearas comunicar al mundo esa vivencia, con palabras, con gestos:

"Mujer mueve tu cabeza haciendo batir tus cabellos, libera tu cuello y tu garganta para que pueda surgir con libertad el sonido de las palabras entonadas al ritmo de tu corazón. Nota como la expresión te libera, como a través de las palabras en movimiento comienzas a crear tu mundo".