Para muchas culturas un vientre abultado ha sido el símbolo por excedencia de la feminidad y la vida. Se le ha comparado con la belleza de la luna en el cielo, llegándose a decir que "una mujer sin vientre es como una noche sin estrellas". Y así como durante mucho tiempo el vientre represento un símbolo erótico, ahora en nuestros días es presa de la mayor constriccion y motivo de vergüenza. Nuestra sociedad ensalza como prototipo de perfección, belleza y juventud el vientre plano como una tabla. Este es el ideal y habrá que hacer el que haga falta para alcanzarlo. No importan los sacrificios físicos, ni económicos, ni psicológicos con tal de conseguirlo, porque de no lograrlo nos hundiremos en la mas profunda frustracion. En esta lucha encarnizada contra un físico que revela a los artificios de la moda, nos hacemos daño a nosotras mismas y a la condición de ser mujer.
El vientre es bello tanto si es plano, como si esta abultado. Porque de su interior extraemos nuestra fuerza, y lo que realmente cuenta es que se muestre relajado, suave y libre de toda constriccion.
El bajo vientre debe mantener un tono muscular flexible que permita tanto la contracción, como la relajación. Un exceso de tensión o tono muscular, así como la flacidez podrá dificultar la obtención de placer sexual, pues su falta de flexibilidad impedirá que las contracciones de la plataforma orgasmica se sucedan con naturalidad. Cuando el abdomen esta excesivamente contraído (por un abuso de abdominales por ejemplo), la parte superior de la pelvis es echada hacia atrás perdiendo de este modo capacidad de movimiento y provoca que una pequeña y estrecha parte de la espalda sufra una excesiva tensión. El Fluir de los movimientos se torna irregular y los hombros se sienten estresados y tensos. Si además el abdomen es presionado hacia arriba, las costillas se elevan demasiado, el pecho se endurece, la respiración se vuelve superficial y la musculatura del cuello se pone tensa, creando rigidez a nivel cervical. Tendríamos que sentirnos avergonzadas de permitir que todos estos prejuicios y falsos estándares de belleza restrinjan nuestra espontaneidad y encanto.
Vamos entonces a liberarnos, a reencontrarnos de nuevo con nosotras mismas, a querernos por lo que somos. Permite que la contracción de tu vientre (vinculada a tu contracción vaginal) te haga profundizar en tus sensaciones internas, hasta entrar en un suave estado de trance que relajara y sensibilizara tu cuerpo entero. Siente como tus órganos internos son acariciados, masajeados y estimulados con los movimientos aislados del alto y bajo vientre mientras crean la ilusión de un suave oleaje. Deja que un profundo sentimiento de bienestar inunde tu cuerpo.
En este proceso que puedes ir desenmascarando ansiedades sexuales, haciéndote mas consciente de su existencia, y permitiéndote de este modo buscar y encontrar soluciones que te lleven a disfrutar de ti misma y ser feliz.
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