Nos a dentramos en el circulo, pequeño, suave, pero que nos acerca al conocimiento de los cambios, del movimiento sin el cual la vida no seria posible. Visualizamos el color naranja en nuestro vientre, como un punto de luz que surge de su interior a una altura cuatro dedos por debajo del ombligo. El punto crece y inunda nuestro vientre. Nos sentimos inmersas en un océano de luz anaranjada (como es adentro es afuera,como es arriba, es abajo). Y el agua que es un elemento receptivo adopta la forma de aquello que la contiene: el circulo de tu vientre, redondo como la luna llena. Y este océano cobra fuerza con el movimiento sinuoso, contenido, y a la vez, enérgico de tus caderas dibujando una pequeña pero completa circunferencia. Tus caderas y la pelvis se relajan, buscas tu centro mientras el continuo movimiento de rotación te hace descender lentamente a tu interior. Sientes como te dejas llevar sin ejercer la mínima resistencia. Y a medida que te acercas a este espacio cobras fuerza e impulso como el agua del manantial que surge del interior de la tierra. Notas como el deseo se va despertando en todo tu ser. Y se desvela ante ti. Sabes que al igual que al agua no podrás contenerlo durante mucho tiempo,pues igual que ella mas tarde o mas temprano fluirá. Atiende a la llamada que surge de tu vientre, acepta tus deseos y deja que fluyan encontrando el camino de la mínima resistencia.
Mientras describes tu circulo permite te sentir tus emociones, expresarlas a través de tus movimientos y entenderlas. Si las reprimes a la larga causaran tensión en tu organismo y se manifestaran en forma de rigidez, falta de agilidad dolor, vientre hinchado.
EL CIRCULO SOLAR: Empieza a dibujar un circulo mas grande con tu pelvis. Echa tu pelvis hacia delante lo mas que puedas, mientras matienes tu tronco relajado y echado un poco hacia atrás, desplaza la cadera hacia la izquierda (manteniendo tu pierna derecha flexionada y la derecha estirada) y a continuación estira ambas piernas mientras colocas tu pelvis lo mas atrás posible (mientras contraes tu perineo), como si te estuvieran estirando como un hilo invisible atado a tu coxis. Ahora desplazate a la derecha para finalizar en la postura con la que empezaste. Este es un circulo mas lento, mas grande, mas controlado. La energía del agua fluye pero sin desbordarse. Tus emociones fluyen, pero de forma tranquila sin dejar que te posean, que te dominen. Tu posees la conciencia y la comprension. Las emociones son parte de ti, pero nunca debes convertirte en su esclava. Date permiso para sentir, para disfrutar, para abrirte y relacionarte con el mundo que te rodea. Atrevete a fluir sin temor con los cambios que a los que te enfrenta la vida, pues como el agua te adapataras a ellos superando los recodos y estrecheces para finalmente alcanzar el mar.
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