Shimmy es una palabra árabe que significa vibración. Cuando el tambor suena con un ritmo permanente y acelerado sientes como si la tierra se moviera bajo tus pies y esa energía se transmitiera a tus piernas. Aislas los músculos que quedan de cintura para abajo, y solo dejas que este frenesí active esta parte del cuerpo, mientras que el resto permanece inmóvil y relajado. Las diferentes velocidades de vibración que puede experimentar tu cuerpo y tu espíritu, así como los diferentes centros de gravedad o equilibrio a través de los cuales tu peso se puede desplazar en un mismo instante hacen que se agoten tu tren de pensamientos racionales, para dejar espacio a tus impulsos inconscientes cuya fuerza se halla contenida en el interior de tu vientre. La razón se enturbia, se desdibuja, y la mujer apasionada gana.
Los muchos devienen uno, integrándose en un todo. Los temores que están instaurados en tus caderas, vientre y nalgas se funden en el fuego de tu alegría de sentir la vida en tu interior y los transforma en vivacidad y excitante energía. Tu columna vertebral se flexibiliza y cada una de sus vertebras encuentra su verdadero espacio.
Este es un movimiento arcaico, ascentral, genético. Para ayudarte a lograrlo es esencial que te sientes en ti misma. Separa ligeramente las piernas y balancea t pelvis entre ambas ( de delante hacia atrás, de izquierda derecha) hasta encontrar tu centro de gravedad. Dobla tus rodillas y relajate. Imagina un rayo de luz dorada que desciende desde el cielo y atraviesa tu cabeza, continua descendiendo por el centro de tu cuerpo hasta llegar a la base de tu pelvis.
En este punto visualizas que la luz dorada se funde con un rayo de color rojo que asciende desde el mismo centro de la tierra para llegar a tu pelvis y regresa de nuevo a la tierra a través de tus piernas formando una U invertida. Deja que la dorada energía equilibre la parte superior de tu cuerpo y recibela abriendo tus hombros, levantando tu barbilla y proyectando tu pecho hacia delante. Empieza a sentir el calor, la fuerza del rayo rojo en tus extremidades inferiores y mueve tus rodillas doblándolas ligeramente de forma alterna, si detenerte y aumentando cada vez mas la velocidad. Manten tu vagina ligeramente contraída, las nalgas relajadas, y siente como los movimientos vibratorios de tu pelvis se sueltan y la parte baja de tu cuerpo se libera. Cuanto mas flexiones tus rodillas mientras haces vibrar tu pelvis, mas te acercas a la tierra, utilizas la respiración para empujar mediante tu exhalacion, el estres, cansancio y miedos que has conseguido desprender de tu cuerpo gracias al potente movimiento del shimmy fuera de ti a través de las plantas de tus pies.
El efecto es de descarga. Si por el contrario estas cansada, falta de energía, necesitas armarte de valor, sentirte segura, valiente, entonces realizas la vibración con las piernas mas estiradas, con mucha velocidad, sintiendo como la vibración se transmite desde tu pelvis al resto del cuerpo, visualizas como la energía va ascendiendo ala vez que inspiras y extendiéndose por todo tu cuerpo a la vez que exhalas. Con este shimmy realizas una recarga energética.
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